“La despoblación no existe, son los padres”. Es la consigna de los gobernantes autonómicos de Castilla y León, una comunidad autónoma que va camino de convertirse en un geriátrico al aire libre a pasos vertiginosos porque sus jóvenes se desplazan, en el mejor de los casos, hacia algunas capitales de provincia o al exterior del territorio castellano y leones como norma habitual.
Esta comunidad autónoma (si, autónoma, con competencias en sanidad, educación empleo…) con excelente gastronomía y mejor gente vive a la sombra de un enmohecimiento ideológico que emana de sus órganos administrativos y ostentan el dudoso honor de tener provincias que son “las ultimas en todo”.
Castilla y León tienen unos gobernantes que nadie conoce muy bien, aunque manden mucho y nos regalen pintorescos titulares de periódico sacados de la más demencial máquina tragaperras:
-Casilla uno: Nombre del presidente/consejero.
-Casilla dos: Verbo. (Piensa, dice, advierte…)
-Casilla tres: Primera ocurrencia salida de la hora del desayuno.
Premio: Así, tenemos variopintas combinaciones: “Juan Vicente Herrera/ advierte/ de la importancia de la fusión de cajas” o “Juan Vicente Herrera/ dice/ que la logística es un arma cargada de futuro”. Sí señor, lo que usted diga… Porque en Castilla y León ya sabemos que Zapatero tiene culpa incluso del mal tiempo, oiga.
martes, 30 de marzo de 2010
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